Bueeeno…pues aquí lo tienen! Madre mía lo que he pasado yo hasta conseguir que esta jessitarta fuera una realidad. He pasado una semanita en la que no me he quedado calva de los nervios de milagro! Y es que al final una se da cuenta de que más que diseñadora de tartas tienes que ser ingeniero, carpintero, fontanero y hasta creador de fallas! 


La de herramientas que he necesitado y que, claro, como no las encontraba, el trabajo se complicaba porque tenía que buscar alternativas para «fabricar» alternativas al material que en principio tenía en mente, que, para la base (y para que los ángulos quedaran perfectos) había pensado en corcho…pero como no había manera de cortarlo de forma limpia sin un cuchillo térmico (la sierrita térmica no me servía) decidí echar mano de lo más rudimentario y que de tantos problemas nos saca…

…RICE CRISPY TREATS!!! Me volví loca buscando los de Kellog’s (sus láminas son maravillosas, además de caras, claro) pero si vendían en una sólo tienda de Madrid ya no lo hacen. Tenía una lámina, pero no me era suficiente, así que a elaborarlos se dijo…con el tiempo en contra! + Nervios!!!

 
 Y cuando ya sólo me quedaban cuatro pelos que salvar de los nervios y la taquicardia…llegó el mazacote..Uff, este momento me alivió, tocaba meter cuchillo y ya parecía que comenzaba a ver la luz…madre mía qué agobio!

Claro, siempre con el modelo que te piden mirándote de frente y diciéndote: «Oye, como la tarta no se parezca a mí, la has fastidiao», bueno como diría el amigo, la-has-fas-ti-dia-o…jejeje



Le doy un tajo, luego otro y otro y otro…y los ángulos más que ángulos eran curvas!!! Noooo!!! Si necesito esquinas!!!

 Pues a ello que voy…y una vez esculpido y cubierto, aquí está el efecto placas verticales…

Ya luego llegaba el momento que más me apasionaaaa!!! Decorar!!! Cuando me puse a contar la cantidad de medias pelotitas perfectas e iguales que necesitaba me dije: 48 semibolas!!! Madre mía…pero aquí están, tan mooonas…a que sí, si es que le cogí un cariño a Roboti, muchas horas juntos, es lo que tiene…

Momento «pegoteo»…

El «ojo» del robot desprendía una lucecita azul y blanca así que con
ayuda de boquillas de distintos tamaños elaboré estas tres y así
conseguía el efecto «destello»

Y ya por último cortar y moldear el resto de decoración. Llevaba lo suyo!!! Y no digo las circunferencias de fondant que rodeaban la cabeza como si fuera el anillo de Júpiter! Y eran tres! 

De eso no tengo fotos porque, como pueden imaginar, la tensión que yo tenía en mi ser no estaba para sacar fotos…pero lo dicho, le cogí un cariño…así que para mí siempre será «Roboti», je. 

Y cómo no, muchas gracias a la familia por confiarme esta sorpresa para un cumpleañero que celebró su 70 cumple con una jessitarta de chocolate y naranja amarga!

¡ESPERO QUE LES GUSTE!