Síííí! Si en su momento elaboré un rápido-boceto-hecho-en-casa de Jessichups para los Goya de hace unos años, hoy toca!!!! Jessitarta PREMIO GOYA! El motivo, pues que los amigos son maravillosos y los de Manuela Moreno no sólo la quieren mucho sino que la ADMIRAN.  Y no es para menos porque Manuel ha sido una de las cinco finalistas de los Premios Goya al Mejor Corto de Ficción, con su cortometraje PIPAS! No se lo pierdan! Es genial!
     Así que quisieron que Manuela se llevara su Goya, pero no a su casa, sino ¡directamente a su tripa! Y aquí entran las Jessitartas en escena y, con ellas, yo ¡¡¡DE LOS NERVIOS!!! Tengo que reconocernocerlo aunque suene fataaaaalllll, pero me pongo de los nervios con cada Jessitarta, de las esculpidas, que hago! Porque claro, esto de enfrentarse en cada ocasión a una tarta esculpida personalizada es siempre una incertidumbre absoluta porque… ¿MOLDES CON FORMAS PERSONALIZADAS? ¿Qué es eso? ¿Hay moldes más allá de los redondos, cuadrados o rectangulares??? ¿Hay vida más allá de esos moldes??? Jajajaja! Ojalá los hubiera en más de una ocasión, pero sí, hay algunos con formas de coches, castillitos, ositos, flores,… pero no de cada tarta que requiere cuchillo así que… ¡¡¡A LA AVENTURA!!! Madre mía cuando tienes en mente utilizar determinados materiales que estás convencida de que quedará perfecto y luego…. ¡NOOOOO! Horror!!! Esto no era lo que yo tenía en mente!
     Ahí que me lié yo a pensar, pobre almohada que la tengo molía de tanto que piensa conmigo… ¿Qué estructura interna le quedará mejor? La almohada me daba algunas posibilidades… ¿Qué tipo de bizcocho le vendrá mejor para que aguante? La almohada me dió un par de recetas… ¿Cómo logro el color cobre envejecido ése de las estatuillas? Y ahí mi amiga la almohada me dijo que me buscara la vida… jajaja! Pues eso hice…
     Además, tuve la suerte de que un compi del trabajo tiene una RÉPLICA DE LA ESTATUÍLLA en su mesa desde hace mogollón de tiempo así que: «porfiiiii, me prestarías la estatuíííllaaaa… te la devuelvo en una semana sana y salva….» le dije. No lo dudó y me dijo que me la llevara. ¡Bien! Era perfecta porque, además, tenía el tamaño que necesitaba. Yo diría que es prácticamente igual que la real. Así que con la réplica metida al bolso y unas cuantas fotos impresas de los últimos Goya (hay algunas diferencias) me fui al taller y ¡manos a la obra! La tarta sería, según tenía en mis pensamientos, lo más parecida que pudiera a la real… ¡A darle al horno! ¡Y luego al cuchillo!

Miren que lo pasé mal mientras la hacía porque no tenía ni idea de si el resultado iba a ser bueno, de si se parecería, ya no a Goya, conque pareciera una estatuílla y no un pegote marrón-azul-negro-verde me conformaba… Y sí, poco a poco lo iba viendo, comencé montando la base, casi me da un infarto cuando coloqué el cuerpo (sin cabeza aún) sobre la base… «¿y si no aguanta y se resquebraja?», me preguntaba… y ya no les digo los temores cada vez que, después del trabajo regresaba para continuarla y la iba mirando desde lo lejos, con un ojo abierto y otro cerrao por si una grieta me dejaba K.O. en el suelo del disgusto!

     Un apunte: aquí un artista profesional o amateur, no importa, seguramente habría modelado el cabezón de este pintor tan «majo» (jejeje, menudo chiste) en un suspiro, pero yo necesito más tiempo, así que… SÓLO PARA DAR FORMA A LA CABEZA ESTUVE ¡CINCO HORAS CONTINUADAS! Vamos, que me conozco la nariz del colega mejor que la mía! Y no digamos las patillas a lo Curro Jiménez! Que, por cierto, mientras lo «peinaba» me di cuenta de que este Paquito era un presumidín, no? Tenía el peinado estudiadísimo! Yo creo que llevaba el peine en un bolsillo para repasarse cada vez que le venía un viento!

 
A lo que iba… me parecía increíble. ¡LA TERMINÉ! Sí, la ‘Jessitarta Premio Goya’ estaba lista y se parecía!!! Bieeennn! Qué entusiasmo, la verdad, después de tantas horas de trabajo.

Por
cierto, casi no se aprecia, pero la chaqueta es estampada en flores (lo
que yo decía que este Francisco era un presumidín) y las flores sí que
conservan mejor el color cobre de la estatuílla antes de ser envejecida,
claro. Las hice también, con ayuda de un cortador de florecitas marqué
el estampado y luego las pinté (algo difuminado) con cobre metalizado
comestible. ¡PERO SE ME ESCAPÓ HACERLE LA FOTO! ¡MENUDO DESPISTE! Sólo se
aprecia en esta foto un poquito el lateral, se ve algo rugoso, son las
florecillas estampadas, pero no se ve el color.

Y sí, así fue, de la misma forma que apareció… DESAPARECIÓ!!! ¡Qué alegría cuando no queda una migaja! Los organizadores de la sorpresa han tenido la amabilidad de enviarme una fotito con el PRIMER TÍMIDO CORTE… . Millones de gracias por confiarme una tarta cargada de tantas emociones y cariño.

 

Espero que les guste.

     ¡Un beso enorme!

     Jessica