Cogí mi rodillito, fondant blanco, mi punzón que siempre tengo a mi vera y un cuchillo pequeño bien afilado (¡he encontrado uno que corta mejor que los bisturís!) y me lié a dibujar la silueta de cada nubecita y del avión con el peque piloto con ayuda del punzón.
Luego lo corté con mi supercuchillí jajajaja, y a las nubes les pinché un ALAMBRE PARA FLORES DE COLOR BLANCO y a la avioneta un palito de piruleta. TODO BLANCO, así pasaba más inadvertidos los palitos y podría conseguir UN EFECTO NUBECITAS FLOTANTES Y ¡AVIONCITO VOLADOR! ¡Y a secar durante un día para poder pintar al día siguiente!
Una vez seco el fondant y bien agarradito cada elemento decorativo a su palito/alambre, pude comenzar a disfrutar el triple con esos pasos que más me gustan: ¡PINTAR! Una paleta, unas gotitas de vodka, pinceles, servilleta, agua y colorantes en gel. Con cuidado, detalle y taaaanta ilusión que no paré hasta terminarlos todos. NECESITABA UN DÍA DE SECADO PARA PODER LUEGO PERFILARLOS CON ROTULADOR DE TINTA COMESTIBLE EN COLOR NEGRO Y DARLE ESE EFECTO COMIC VINTAGE QUE ¡TANTO ME GUSTA!
Eso sí, HICE OTRO AVIONCITO IGUAL EN OTRO COLOR. ¡TEN SIEMPRE UN DUPLICADO DE AQUELLA DECORACIÓN IMPRESCINDIBLE SUSCEPTIBLE DE ROMPERSE! Así no tienes sustos si antes de la entrega un mal golpe o un despiste puede rompernos la figurita. Yo pinté una roja (la elección final) y otra naranja y luego elegí la que mejor encajaba con el diseño en general. ¿LES GUSTA?