Si no conoces las profundidades del mar y eres de los que, como me sucedía a mí, temía un poco eso de lanzarme al gran azul, bucear, mirar al horizonte y que me viniera de frente el tiburón de Nemo (jajaja) y piensas que ahí abajo no se te pierde nada, déjame decirte que sí, que te pierdes un mundo alucinante, TE PIERDES TANTA MAGIA que te invito a que al menos lo intentes. Y si te pasa como a mí, lo intenté no sé ni cuantas veces porque el desconocimiento me paralizaba, pero…anda que cuando me hice con el regulador, me aguanté los nervios y me atreví a disfrutar…FUI LA PERSONA MÁS FELIZ DEL MUNDO! LOS OJOS ME HICIERON CHIRIBITAS Y ASÍ, HASTA 45 INMERSIONES, casi nada! Y creo que se nota bastante bien en esta tarta lo que el buceo significó para mí. De hecho ya les he contado mis aventuras marinas con lujo de detalles también aquí en mi blog con unos Jessichups de lo más simpáticos.
Pues esta inmersión me llevó como mucho a meter la cabeza en el horno muuuchas horas! jajaja! SÚPERCHOCOLATE POWER! Ay cómo me gusta a mí esta tarta! Bizcocho de chocolate sin huevo relleno de ganache de chocolateeee!!!
Madre mía la de horas que nos llevó la multitud de detallitos que llevaba la tarta. SIEMPRE DIGO QUE LA BELLEZA DEL RESULTADO DE LAS TARTAS DECORADAS SON LOS DETALLES. Y cada vez que termino una lo veo claro. Me digo: voy a ponerle otra cosita por aquí, otra piedrecita por allá, algunas burbujas más,…y así hasta que considero que ha quedado niquelada! je! Miren el pulpito y las burbujitas que estuvimos haciendo entre las decenas de detalles, MUCHOS DE ELLOS NECESITABAN SECAR, como aquí, la señorita maroma, sí, ese bichito negro (así la llamamos en mi pueblo), la manta… menuda impresión de bicho maravilloso. Recuerdo cuando buceé en España Directo con mi compi Karlos Simón, me dijo que podían medir siete metros sin problema…madre mía! En un primer momento me dió pavor, pero a día de hoy me muero de ganas de poder viajar un día a bucear y verlas, ellas tan elegantes en ese baile precioso que regalan a quienes tienen la suerte de verlas…
Aquí puedes verla en la parte derecha de la imagen, con ese movimiento tan característico al nadar. Por eso mismo tuve que dejarla secando con unas servilletitas para lograr que mantuviera la forma sinuosa de sus aletitas.
En las siguientes fotos y en el vídeo puedes ver la tarta cuando aún no tenía esos detallitos que, como siempre les digo, le dan ese broche final que las hace especiales, ese toque con el que te dices: ya está lista! ¿A QUE HAY DIFERENCIA!?
Y momentos como estos son preciosos. ESOS MOMENTOS QUE CASI SIEMPRE NOS PERDEMOS QUIENES ELABORAMOS ESTAS TARTITAS, MOMENTOS DE SORPRESA, CURIOSIDAD… «¿Y todo se come?» nos suelen preguntar… «¿Y cómo lo haces?»… Precioso!
Otras perspectivas de la tarta… PORQUE SUELO DECORAR HASTA LO QUE NO SE VÉ! PORQUE SIEMPRE HAY QUIEN LEVANTA EL MANTEL PARA VER LO QUE HAY DEBAJO! jajaja! Y me encanta que así sea!
¡Espero que les haya gustado tanto como a mí! Y no sólo elaborarla, también tuve la suerte de degustarla y repetir!!! Yujiii!!!
¡Hasta la próxima, bizcochines!