Menudos sudores fríos! Corté bizcochos circulares de unos 5 cm de diámetro. Ufff!!! Imagínense poner uno sobre otro con el relleno entre ellos… Eso parecía la Torre de Pisa! Menos mal que la ganache cuando enfría es una roca y con un pilar que atravesara todo el cilindro de bizcocho me garantizaba que mantuviera la verticalidad. Esta foto que les muestro a continuación es el bizcocho (junto a la lata real) cubierto de ganache justo ANTES de ALISARLO para cubrirlo con fondant… Y DESPUÉS!
Finalmente me decanté por hacer no sólo una, sino dos, porque me daba la impresión de que con el tamaño real se iban a quedar con hambre! Así que hice otra «despachurrada«, así además de unas raciones de más, también tendría su puntillo realista!
Aquí les enseño una vista «en picado» de la tarta al completo. Ven la base de la tarta? Es una versión de la bandera de Brasil, y por qué? Pues porque la tartita era para una chica brasileña que pronto le dará el sí quiero a un canario! Vaya! De mi tierra!