Madre mía, si ya es difícil poner de pie una tarta alta, conseguir bordes perfectos, pulir al máximo la ganache, o cubrir una barrel cake, no digamos si te encuentras ante el reto de intentar hacerlo todo junto, pero en chiquitito, es decir, a tamaño real.

      Está claro que elaborar y decorar cualquier tarta se hace más sencillo mientras más grande es el pastel (ay sí fuéramos relojeros, no se nos resistía nada!), pero claro, me pidieron solo una lata de esta bebida energética porque eran poquitas personas y finalmente… me decidí: voy a intentarlo a ver si me sale a tamaño real... Y salió!

 

Menudos sudores fríos! Corté bizcochos circulares de unos 5 cm de diámetro. Ufff!!! Imagínense poner uno sobre otro con el relleno entre ellos… Eso parecía la Torre de Pisa! Menos mal que la ganache cuando enfría es una roca y con un pilar que atravesara todo el cilindro de bizcocho me garantizaba que mantuviera la verticalidad. Esta foto que les muestro a continuación es el bizcocho (junto a la lata real) cubierto de ganache justo ANTES de ALISARLO para cubrirlo con fondant… Y DESPUÉS!

Finalmente me decanté por hacer no sólo una, sino dos, porque me daba la impresión de que con el tamaño real se iban a quedar con hambre! Así que hice otra «despachurrada«, así además de unas raciones de más, también tendría su puntillo realista!

Aquí les enseño una vista «en picado» de la tarta al completo. Ven la base de la tarta? Es una versión de la bandera de Brasil, y por qué? Pues porque la tartita era para una chica brasileña que pronto le dará el sí quiero a un canario! Vaya! De mi tierra!

De ahí el fondant con tres colores (amarillo, blanco y azul) que colgué hace unos días en mi página de Facebook… Siiii, eran los colores de la bandera canaria que se iban a convertir…en el VELO DE LA NOVIA!!! Un guiño a los novios! Canarias y Brasil! Que sean muuuuuyyy felices y que COMAN PERDICES!
Espero que les haya gustado!
UN BESO REPLETO DE ENERGÍA!
Jessi