¡Menuda la que han liado los virus en este cuerpo canario! Madre mía, ha sido verme pelín despistada y todos los bichillos veraniegos ¡se me han echado encima! Vaya semanita que me ha dado el gripe, vamos, estoy como si me hubieran «molíoapalos». ¡¡¡Que se me quite estoooo!!!
     Está claro, hay que ayudar un poquito al cuerpo porque ¡no solo con paracetamol se cura el hombre! Así que…vitamina C en vena, directita, que no hay nada como el remedio de toda la vida. Eso sí, éste, en versión más dulce aún. Les presento ¡la versión queque del remedio de la abuela! Por que habrá que probar, digo yo…
     NARANJA Y MANGOOOO!!! Como se dice en mi tierra: Vitamina C por un tubo! Pues vamos a lo que estamos ¿no? Les presento al señor Mangazzzzooo y a la señora Naranjita. Madre mía qué forma de intimidar, el mango pesaba ¡casi un kilo!
     Comienza la aventura del Queque Quitavirus, el FAMOSO QUEQUE (bizcocho) QUE SI NO TE QUITA LA GRIPE… SEGURO QUE TE QUITA EL HAMBRE!!! Jajajaja!

* Preparación:


     1. Lo primerísimo que tenemos que hacer es la CONFITURA DE MANGO. Así que… a «partisquear» el mango (PARTISQUEAR: es una palabra que usamos mucho en casa para cuando queremos decir «cortar sin ton ni son, cuando no importa que los trozos sean distintos»… y nos resulta una palabra graciosa, jejeje). ¡Pero no pruebes el mango! Si no, estarás perdid@ porque…están de muerte!!! Yo lo que hago siempre, para no quedarme sin mango (porque me encanta) para el bizcocho, es comerme la pipa! Bueno, no literalmente, me refiero a rechupetearla sin miedo a los hilillos tocanarices que luego te tienen a punto de dejarte sin dientes de las veces que te los tienes que lavar para que se vayan de ahí. ¡Fuera! Pero desde que soy chiquitilla (crecí entre los pescaos de mi pueblo y la finca de mangueros del padre de mi amiga Ana) me ha valido la pena pelearme con las «hilachas» después del festín! ¡Es que hay que comerse un mango SIN PENSAR en las consecuencias! Jajaja!
     Pues eso, tras «partisquearlo» con un cuchillito, lo siguiente es meter los pedacitos en un caldero con un chorrín de agua y dos cucharadas de azúcar. A fuego lento 10 minutos, removiendo de vez en cuando, y… ¡ya tienes la confitura! ¡Por favor, cómo está! Que si te sobra, te la desayunas al día siguiente con una tostada y un café con leche y tan pichi!
     2. Le toca el turno a la señora Naranja, la pobre no sabe lo que le espera! ¡Trituración Time! Si tienes un robot de cocina aniquilador de frutas perfecto! Si es Thermomix, unos 4-5 segundos a velocidad máxima y de una bonita naranja redondita entera pasa a ser esto! Una amalgama de gajos de naranja y su piel que luego da un sabor al bizcocho que me encanta! Y con pedacitos! Eso sí, para el que le guste, y a mi me pirra encontrarme esos «turundolillos» en el bizcocho. La pipa que mastiqué ya no tanto! Jajaja! Por eso siempre es mejor partirla en varios trozos para asegurarte de que no hay pipas! No como yo, que me entró la vena trituradora y ahí, sin pensar, entera que la eché!

    3. Mientras se hace la confitura, aprovechamos para ir adelantando el rico quequito con estos ingredientes y los siguientes pasos de elaboración:

* Engrasamos dos moldes de 15 cm de diámetro y precalentamos el horno a 160 grados si es con aire, si tu horno es sin aire, a unos 175 grados.

* Ingredientes:

– 3 huevos medianos
– 1 naranja triturada (¡con piel!)
– 150 gramos de azúcar 
– 200 gramos de harina
– 5 cucharadas soperas de confitura de mango 
– 120 ml de aceite de girasol 
– 1 cucharada sopera de levadura (unos 15 gr)


** Elaboración del bizcochín:


1. Batimos el huevo y el azúcar hasta que quede una masa cremosa

2. Añadimos el aceite y mezclamos.

3. Le toca el turno a la naranja triturada y a las 5 cucharadas de confitura de mango (madre mía ¡está para comérsela sola!).

4. Añadimos la harina tamizada junto con la levadura (siempre evitar sobrebatir la mezcla porque como nos pasemos mucho batiendo luego no sube todo lo que podría).

5. Vertemos en los moldes (a mitad de molde) y… ¡al hornoooooo!

     Pues al horno que lo metí unos 40 minutos (ya saben que los hornos de cada uno tienen vida y carácter propio, así que palillito o cuchillito en mano para saber si está hecho pinchando y que salga limpito) y aquí tienen al amigo Mango y la amiga Naranja que pasaron a mejor vida esponjosa!

     ¡Ah! Es verdad, que hay que ver el corte y probarlo que si no, ya para qué hace una un queque quitagripes si luego no se lo come… Pues…antes hay que averiguaaaaarrrrrr… 

¿DÓNDE ESTÁ LA JESSITARTA? ¿WHERE IS THE CAKE? 
Aaaaaahhhhhh!!! Frío, frío… caliente, caliente!!!
ESTA SEMANA… ¡¡¡LA SOLUCIÓN!!!
     Y después de haber elaborado un bizcochito rico con naranja y de liarnos con la JessiAdivinanza dulce…toca DESVELAR DÓNDE ESTÁ LA TARTA ENTRE TODA ESTA FRUTA!
Una vez tenía el bizcocho listo y reposadito, eché mano de una crema de mantequilla básica elamantequilla
– 110 gramos de mantequilla

– 460 gramos de azúcar glass

– 8 cucharadas soperas de leche

– 1 cucharadita (de las de café) vainilla. Yo utilicé la riquísima de Madagascar que me trajeron mis tíos como regalo…de dónde? Desde la mismísima Madagascar!

– 4 cucharadas soperas de la confitura de mango que hemos elaborado! Ñam!

A rellenar el bizcocho, a enfriar un ratito y a esculpir! Esculpir en forma deeeeee… MAAAAAAANGO! Ju! 
Y aquí lo tienen! Bueno, yo diría mejor, aquí LA tienen, porque esto pa mí es una mangA moganera en toda regla!

TACHAAAAANNNN!!!

      NOTA FINAL TRAS LA CATA. Ejem, ejem, me pongo seria (jijiji). Que me ha pasado lo que siempre ha dicho mi padre: «Mi niña, la gripe, sin medicamento, dura 7 días y, la gripe, con medicamento, dura 1 semana» Jajaja! Siempre con sus chistes-bromas de toda la vida! Y razón no le falta porque ¡así es!

     Lo dicho (en el video), si no me quitaba la gripe al menos me quitaba el hambre! Y vaya que si me la quitó! ¡Vamos, que se me olvidó por un rato que estaba hecha un trapo!
     Espero que prueben la recetita porque está ¡rrrrica rrrricca!
     Un besote!
     Jessi