Hacía tiempo que tenía ganas de esculpir libros antiguos y el momento por fin llegó. Aparentemente puede parecer que esta tarta es fácil de elaborar, pero lo cierto es que me costó lo suyo porque había algunos detalles que se ponían rebeldes: había que lograr que las esquinas quedaran firmes (y no pochas como los pétalos de una flor) y lograr una decoración adecuada a base de manga pastelera, glasé real y ¡mucho pulso! porque paciencia…afortunadamente guardo de sobra…

    Detalle de la decoración a base de manga pastelera y glasé real, también con cortes de fondant y sombras para dar realismo. Y cómo no, un marcador al uso de la época…

    Para la base utilicé fondant/pasta de azúcar coloreada para simular madera (se puede hacer con rodillos que aportan forma de madera o también se puede hacer a mano con stencils).

                                             ¡AH! ¡¡¡Y ERA DE SUPERCHOCOLATE!!!